Somos lo que hacemos.


A veces somos roca, a veces aire, a veces agua ...


A veces somos personas.


Cuando seamos personas de roca, de aire o de agua.


Solo entonces.


Seremos nosotros.



CUEVA DE LA CASA


Entrada a la Cueva de la Casa. Es una cueva y es una casa.
El sueño de muchos espeleólogos.

Muchos años recorriendo cavidades, para un buen día sorprenderte con una pequeña cavidad, cercana y desconocida, llena de historias, y habitada por personas amables y entrañables que nos han abierto sus puertas a la visita. Si, a la visita ... porque entramos por su casa para poder verla.

Tras vestirnos (buzos limpios por favor) pasamos con cuidado por el salón y al fondo una puerta que perfectamente podría ser el acceso al baño o al dormitorio de los niños, se abre para nosotros, mostrándonos una alargada galería de cueva iluminada en los primeros metros con luces led. Vamos pasando agachados hasta un habitáculo alto y circular que continua a la izquierda y se amplia tras un descenso resbaladizo que nos deposita en la galería principal, superamos un raro resalte y continuamos con mucho barro y pequeñas formaciones. Algún paso estrecho y suelos con desecaciones de barro. Mucho barro. Regresamos rebuscando entre agujeros y gateras. Unas fotos y salimos.




Hemos de reconocer que hemos dejado la casa de barro hasta arriba, y eso que hemos puesto todo el cuidado del mundo. 

La cueva de la casa ( construida en 1922), además de bodega y almacén, sirvió de refugio a los emboscados de la guerra, donde ahora hay una puerta, hubo un armario con doble fondo para entrar, incluso llego a tapiarse para no verse, también fue taberna y seguro que muchas cosas más. porque hoy la cueva pasa a segundo plano cuando pensamos en las historias de vida que la hicieron ser. 


BARRICA DE 1950.

DESDE AQUÍ NUESTRO MAS SINCERO AGRADECIMIENTO POR DEJARNOS VER ESTA CAVIDAD-CASA, POR VUESTRA AMABILIDAD Y EL BUEN TRATO RECIBIDO.

FECHA: 10- 9- 2020

FUIMOS: PON. ( visita también con Jymi-Paco-Juan).






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